Volver a verte - Poesia

Volver a verte no era sólo un ligero y constante empeño, sino anudar, dentro del alma, el hilo roto del ensueño.

Volver a verte era un oscuro presentimiento que tenía de hallarte ajena, y sin embargo seguir creyendo que eras mía.

Volver a verte era el milagro de una dulce convalecencia cuando todo, el alma desnuda, vuelve más bello de la ausencia.

Volver a verte, tras la noche impenetrable del abismo, era hallar en tus ojos una imagen vieja de mí mismo.

Y encontrar, en el hondo pasado días más bellos y mejores, como esa carta en cuyos pliegues se conservan algunas flores.

Volver a verte era mostrarme la pena que está congelada, como bruma de tarde hermosa, en el azul de tu mirada.

Y, ya lo ves, del largo viaje regresé más puro y más fuerte, porque dormí toda una noche en las rodillas de la muerte.

Porque yo miraba en tus ojos un cielo de cosas pasadas, como en el alma de las grutas se ven ciudades encantadas.

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