TEORIA DE LOS 4 ELEMENTOS
En un intento por explicar la naturaleza de la materia, han
surgido varias teorías a lo largo de la Historia. Una de ellas fue desarrollada
por el filósofo griego Empédocles, alrededor del siglo V a.C. Según él, todo lo
que existe en el Universo sería compuesto por cuatro elementos principales:
tierra, fuego, aire y agua. Surgía entonces la teoría de los cuatro elementos.
Alrededor del 350 a.C., otro conocido filósofo griego,
Aristóteles (384-322 a.C.), retomó esa idea y agregó que cada uno de esos
elementos tenía un debido lugar y buscaba permanecer en él o encontrarlo. Por
ejemplo, la tierra estaba en el centro de los cuatro elementos; a continuación
venía el agua; posteriormente el aire; por último, por encima de todos, el
fuego. Hoy sabemos que esta teoría no tiene validez científica. Sin embargo,
teniendo en cuenta los recursos de la época, basándose apenas en la
observación, Aristóteles llegó a esa conclusión. Para entender mejor, pensemos
un poco en lo siguiente: las características de la piedra indican que ella
sería (conforme a esa teoría) constituida principalmente por tierra.
Por eso, si la dejásemos caer en un río, ella terminaría
hundiéndose hacia el fondo, lugar donde está la tierra. Lo mismo sucedería con
las burbujas en el agua, que subirían porque quedarían donde deben quedar; el
fuego se levantaría en dirección al aire y así sucesivamente. Los cuerpos
celestes no obedecían a esa regla porque ellos eran hechos de un quinto
elemento no existente en el planeta Tierra, el éter – que no tiene relación
alguna con el compuesto éter, utilizado en muchos laboratorios químicos.
Además, esta teoría afirma que algunas cualidades de las sustancias las
asociaban a los cuatro elementos.
Por ejemplo, vemos que asociadas con el fuego están las
cualidades ‘seco’ y ‘caliente’; ya asociadas con el agua están las cualidades
‘frío’ y ‘húmedo’. Un elemento podría transformarse en otro con la sustracción
o adición de esas cualidades. Aristóteles era un filósofo que, con la
introducción de la razón, contribuyó en gran medida al desarrollo científico.
Sin embargo, sus ideas fueron contaminadas por ideas platónicas, porque creía
que – como esa teoría expone – los objetos eran dotados de cualidades. Con el
avance de la tecnología y con la mejora, desarrollo y aplicación continua de
experimentos, la Química pasó a tener un carácter científico, bien diferente
del adoptado en aquella época.