Segundo Día: La misericordia y la paz inician en familia
La Misericordia y la Paz inician en la familia
Saludo y bienvenida:
Bienvenidos, nuevamente a la celebración de la novena del Niño Jesús, bienvenidos a los que vienen con toda su familia, a los. que vienen de lejos, gracias por su presencia, les pedimos participar con todo el entusiasmo y se dejen llenar del amor de Dios y de la Virgen María. Hoy vamos a orar y reflexionar en el tema "La Misericordia y la Paz inician en la familia".
Que la navidad de este año, nos ayude a ser más misericordiosos con nuestra familia y con los demás. Pidamos ser instrumentos de la paz de Cristo, que viene como el mejor regalo para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Oremos para que haya más reconciliación y justicia en nuestra amada Patria y en el mundo entero. Sean todos bienvenidos.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espiritu Santo. Amen
Hecho de Vida: Mi familia, es la Iglesia
"Beatriz Muñoz Hernández es madre soltera de varios hijos, tuvo la oportunidad de compartir su historia ante el Papa Francisco en México, sin maquillar sus dolores, contó su experiencia a lo largo de su vida tengo 52 años, soy enfermera de profesión y madre soltera. Soy la tercera de una familia de 12 hermanos infancia que estuvo marcada por la pobreza, la violencia y el abandono de mi padre, lo que hizo no sentirme querida En la adolescencia, quede embarazada en varias ocasiones a lo largo de mi vida y experimenté la tristeza, el rechazo social y la soledad más profunda. Me encontré con el amor de Dios a través de su Iglesia, y me rescató, anunciándome que me amaba, que no me rechazaba y que sobre todo me perdonaba.
Siendo enfermera, muchas veces se me ofreció la oportunidad de abortar, pero Dios me ayudó a no permitir atentar contra la vida de mis hijos. La lucha siempre ha sido dificil, pues la precariedad, la soledad y el educar a los hijos sola, la tentación del aborto siempre se presentó como una alternativa que parecía la solución a los problemas, pero con la ayuda de Dios, he podido salir victoriosa de esas batallas y encontrarme con que la verdadera felicidad no está en lo que ofrece la sociedad, sino en encontrarse con el amor del Padre, la misericordia de la Iglesia y el perdón de los Pecados en Cristo.
A través de un proceso de constante catequesis que me ha ayudado a entender y apreciar la palabra de Dios, a entrar en la oración, a la vida dentro de la comunidad, la práctica de los sacramentos, sobre todo la comunión y la reconciliación, alimentan ahora mi vida y me permiten vivir la misericordia de Dios.