AMBIENTES SALUDABLES
AMBIENTES SALUDABLES
Dado que el entorno es el espacio físico,
social y cultural donde se habita cotidianamente (vivienda, escuela, lugar de
trabajo, vecindario, vereda, municipio, ciudad) y donde se establecen
relaciones sociales que determinan una manera de vivir y de ser, el concepto de
"Entornos Saludables" incorpora tanto los aspectos de saneamiento
básico, como los relacionados con espacios físicos limpios y adecuados, así
como las redes de apoyo para lograr ámbitos psico-sociales sanos y seguros,
exentos de violencia (abuso físico, verbal y emocional).
Si entendemos por entorno lo que nos rodea,
el ambiente, comprenderemos su influencia en el equilibrio que conforma nuestra
salud y en su posible pérdida: allí donde vivimos, trabajamos, pasamos nuestro
tiempo de ocio; el espacio físico de esos lugares pero también, los usos y
costumbres, los factores socio-económicos, los factores políticos, las
relaciones con aquellos con quienes compartimos trozos de vida,… todo ello
tendrá que ver de manera directa con nuestra salud y nuestro bienestar. En
nuestra capacidad de interactuar con el entorno y hacerlo de una manera
saludable, estará una de las claves para sentirnos mejor.
Recordemos que “una persona sana es aquella
que está bien equilibrada tanto física como mentalmente, y está bien adaptada a
su medio físico y social. Ella está en pleno dominio de sus facultades físicas
y mentales, puede adaptarse a los cambios ambientales, siempre y cuando ellos
no excedan los límites normales; y además contribuye al bienestar de la
sociedad de acuerdo con sus capacidades. Salud es, por lo tanto, no meramente
la ausencia de enfermedad: es algo positivo, una actitud favorable hacia la vida,
y una aceptación entusiasta de las responsabilidades que la vida impone a las
personas”.
COMPONENTES DE UN AMBIENTE SALUDABLE
EL AMBIENTE FÍSICO
Los primeros cuatro componentes del
ambiente físico pueden ser considerados como sistemas de apoyo esenciales para
la vida humana. Los componentes físicos del medio ambiente también incluyen al clima y
al ruido y
a los niveles de radiación.
Los efectos nocivos de los sistemas de apoyo (aire, agua, suelo,
alimentos) sobre la salud también pueden originarse en elementos químicos o
biológicos. Entre los efectos perniciosos del clima podríamos citar a la
exposición térmica (calor y
frío). La radiación y el ruido también pueden constituir riesgos.
Los factores que determinan el ambiente
físico son los siguientes:
El aire
Normalmente una persona inhala
aproximadamente 30 libras de aire por día.
Este aire está constituido por diversos gases,
componentes químicos y partículas.
Los contaminantes más conocidos del aire
son: el monóxido de carbono (CO),
luego los óxidos del azufre (SO2, SO3), los hidrocarburos,
los óxidos de nitrógeno (N, O, NO, NO2, N05) y las partículas (hollín. cenizas,
emanaciones industriales y materias volcánicas).
El monóxido de carbono producido
principalmente por los vehículos automotores, representa aproximadamente la
mitad del total de los contaminantes del aire. Los óxidos de azufre representan
el l5% de los contaminantes del aire y son producidos por la combustión de
carbón y petróleo en plantas energéticas
y fundiciones. Los hidrocarburos (también l5%) son producidos por los motores,
combustión de gas natural,
destilerías y plantas de solventes volátiles. Los óxidos de nitrógeno (10% del
peso de los contaminantes del aire) también son producidos por los motores y
por algunas industrias.
Las partículas (13%) son producidas por las industrias en incineradores,
calefacción y motores.
Otros gases inertes o nocivos o residuos
metálicos tales como cadmio, plomo, arsénico, berilio, vanadio y flúor se
acumulan en la atmósfera
pero se conoce menos sobre ellos y sobre sus consecuencias para la salud.
Es comprensible que se asocie a la contaminación
del aire con la mayoría de las enfermedades del sistema
respiratorio. Como se puede apreciar, las enfermedades de otros aparatos
(circulatorio, digestivo y sensorial) así como el bienestar general y la
mortalidad también están relacionadas con los contaminantes ambientales.
El agua y los alimentos
Se examinan conjuntamente los efectos del
agua y los alimentos sobre la incidencia de las enfermedades ya que las
principales fuentes de contaminación son los mismos elementos químicos y
biológicos.
Los contaminantes biológicos incluyen las bacterias, virus,
protozoarios y metazoarios. La contaminación
del agua por dichos microorganismos fue en un momento la fuente de un
gran porcentaje de morbilidad y mortalidad. Aunque este tipo de contaminación se
ha reducido en gran medida gracias a métodos como
el filtrado y cloración del agua, todavía ocurren episodios de contaminación
cuando se interrumpen los mecanismos de protección de los desagües cloacales y
suministro de agua. Se estima que un 5% de la población se ve afectado
anualmente por las enfermedades relacionadas con la contaminación de alimentos
por microorganismos. Tanto el agua como los alimentos pueden ser contaminados por
sustancias químicas incluyendo los efluentes industriales y agrícolas que
contienen sustancias químicas como pesticidas, arsénico, nitritos, cianuros,
cobre, cadmio, plomo, mercurio,
boratos, cromo, sulfatos, fosfatos y flúor. Todos estos aparecen asociados con
la incidencia de enfermedades. Por ejemplo, el nivel de nitrito en el agua
potable ha estado estrechamente
relacionado con la prevalencia de la hipertensión y
la mortalidad resultante. También hay una creciente preocupación sobre la mayor
cantidad de residuos radioactivos presentes en los alimentos y el agua
producidos por el uso de la energía atómica que pueden acarrear serias
consecuencias para la salud a largo plazo.
El suelo
Se considera que el suelo es uno de los
sistemas de apoyo necesario y esencial para la vida humana. La composición
geoquímica del suelo y su relación con la ocurrencia de algunas enfermedades
tiene cierta importancia: sin embargo, es precisamente en su papel de
reservorio de contaminantes que puede resultar nocivo para la salud. Como
ocurre con el aire y el agua, los riesgos para la salud en el suelo pueden ser
de origen tanto biológico como fisico-químico.
Los elementos químicos que naturalmente se
encuentran en el suelo pueden asociarse con la incidencia de algunas
enfermedades, particularmente aquellas originadas en la hipertensión y con
algunos tipos de cáncer. Aunque las pruebas no
resultan decisivas, existe correlación entre las características del suelo y la
incidencia de enfermedades. Ha quedado demostrado que los cánceres de estómago
y mama son más frecuentes donde hay altos niveles de materia orgánica, zinc,
cobalto y cromo y que el cáncer de esófago está geográficamente asociado con el
tipo geológico y con el agotamiento extremo del suelo. Las tasas generales de
mortalidad están asociadas con las rocas sedimentarias
y volcánicas y con los bajos niveles de muchos oligoelementos. Los metales
residuales en el suelo están relacionados con la proliferación y diseminación
de agentes infecciosos.
Clima y tiempo
Durante los últimos 50 años, la actividad
humana, en particular el consumo de combustibles fósiles, ha liberado
cantidades de CO2 y de otros gases de efecto
invernadero suficientes para retener más calor en las capas inferiores
de la atmósfera y alterar el clima mundial.
En los últimos cien años el mundo se ha
calentado aproximadamente 0,75 ºC. Durante los últimos 25 años el proceso se ha
acelerado, y ahora se cifra en 0,18 ºC por década.
El nivel del mar está aumentando, los
glaciares se están fundiendo y los regímenes de lluvias están cambiando. Los
fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más intensos y frecuentes.
Aunque el calentamiento mundial puede tener
algunos efectos beneficiosos localizados, como una menor mortalidad en invierno
en las regiones templadas y un aumento de la producción de alimentos en
determinadas zonas, los efectos globales para la salud del cambio climático
serán probablemente muy negativos. El cambio climático influye en los
requisitos básicos de la salud, a saber, un aire limpio, agua potable,
alimentos suficientes y una vivienda segura.
EL AMBIENTE SOCIAL
Los componentes del ambiente social son: el
trabajo, el transporte, el ocio y la vivienda, la
familia y la comunidad. Salvo en el caso de la familia y
la comunidad la epidemiología y el medio ambiente en los cuales los riesgos son
de naturaleza social,
los efectos nocivos de estos componentes sobre la salud se originan en fuentes
físicas, químicas, biológicas o sociales.
El trabajo
Debido a que el trabajo ocupa una gran
parte de la vida moderna, no resulta sorprendente que pueda tener una gran
influencia sobre la salud de la población. Se puede definir la salud
ocupacional como la rama de la salud pública o comunitaria que se
ocupa de todos los factores relacionados con las ocupaciones que potencialmente
afectan la salud de los trabajadores (y en segundo lugar la de la comunidad).
Los riesgos para la salud en el ambiente
del trabajo pueden ser materiales (físicos, químicos, biológicos o mecánicos) o
psico-sociales.
Como en el caso de otros problemas de
salud ambiental, los riesgos ocupacionales pueden ser agudos o crónicos (que se
presentan en forma temporaria o continua) y sus efectos pueden ser inmediatos o
demorados. Puede haber relaciones directas causa-efecto (lesiones físicas como
el caso del asbesto y las enfermedades pulmonares) o relaciones indirectas
(como el caso del aburrimiento o estrés que
conduce a alienación o lesiones o las exposiciones a elementos tóxicos que agra
van las condiciones de salud existentes).
El transporte
El transporte es un elemento del ambiente
social que directa o indirectamente puede afectar el estado de
salud y por lo tanto debe considerarse como una preocupación de la salud
ambiental.
En Estados Unidos,
los accidentes automovilísticos causan aproximadamente 50.000 muertes por año,
150.000 casos de discapacidad permanente y más de 4,5 millones de heridos.
Tanto las tasas de muerte como
las de heridos son mayores para los hombres que para las mujeres y son más
altas en las áreas rurales que en las zonas urbanas. También son más altas
entre las personas solteras, divorciadas y separadas que entre los individuos
casados.
Tiempo libre
El tiempo de ocio, que puede considerarse
como un tercer componente del entorno social, comprende a aquellas actividades
que las personas realizan después de haber cumplido o de haberse liberado de
sus obligaciones familiares,
ocupacionales y sociales. El ocio puede tener efectos positivos o negativos
sobre h salud. Por el lado positivo, puede aumentar la capacidad individuar de
manejar el estrés y los hechos que producen estrés permitiendo la creación de
redes sociales que permiten el encuentro de personas que tienen intereses
comunes. Hay cada día más evidencia de que el apoyo cotidiano que este tipo de
redes puede brindar así como el apoyo para sobreponerse a las crisis afecta la
salud positivamente. Esto a su vez puede contribuir a reducir la incidencia de
problemas de salud relacionados con el estrés como las enfermedades coronarias,
úlceras pépticas, problemas mentales, etc.
La vivienda
La vivienda puede ser uno de los elementos
más complejos del medio ambiente en lo que respecta a su relación con la salud.
El lugar donde la gente vive está tan intrincadamente relacionado con la economía,
condiciones sociales, educación, hábitos y tradiciones, que es difícil
determinar su influencia sobre la salud en forma precisa. La vivienda se puede
combinar de forma sinérgica con otros factores y producir serias consecuencias
para la salud como enfermedades mentales.
Se sabe desde hace mucho tiempo que el
hacinamiento aumenta la incidencia de enfermedades infecciosas como la fiebre reumática,
nefritis y tuberculosis o
el contagio de pediculosis, pulgas, chinches y sarna. Muchas de las
características físicas de la vivienda afectan la salud; se incluye factores
como ubicación, estructura,
protección contra incendios,
equipamiento básico, normas de iluminación,
ventilación, calefacción, plomería y protección contra moscas, mosquitos, otros
insectos y roedores.
La familia y la comunidad
El último elemento que se incluye dentro
del ambiente social es la familia y la comunidad. No cabe duda de que el medio
ambiente social en el que viven los individuos puede afectar su estado de
salud. Sin embargo, sería una tarea de gran envergadura tratar de descifrar los
efectos específicos de la familia y la comunidad sobre la salud de la
población. Resulta evidente que factores tales como el estado civil y el número
de hijos están relacionados con la necesidad de atención médica.
La vida sexual también ejerce su influencia
sobre la salud, directamente por la incidencia de enfermedades
venéreas y algunos tipos de cáncer (mama, útero) e indirectamente por
la satisfacción y realización personal. Los factores familiares afectan el
desarrollo cognitivo y afectivo de los niños y pueden tener consecuencias
físicas directas en los casos de maltrato a cónyuges y niños.
La comunidad a la que pertenecen los
individuos puede afectar la salud, no solamente a través de sus redes sociales
y apoyo social sino también a través de su cultura,
tradiciones y religión,
todos los cuales están asociados con el estado físico y mental y con la
utilización de los servicios de atención médica. La violencia y las lesiones
que resultan de ella, pueden ser un factor importante en la vida comunitaria.
Este análisis de los diferentes elementos
del medio ambiente y su relación con la salud demuestra que aunque los efectos
de algunos factores de riesgo ambiental están bien documentados; a menudo
resulta difícil aislar los efectos de factores específicos. Muchas de las
enfermedades asociadas con los componentes ambientales tienen en realidad un
origen multifactorial. Los factores ambientales pueden predisponer a los
individuos a los efectos nocivos de otros determinantes de la salud o bien
estimular dichas causas.
AMBIENTES SALUDABLES PARA LOS NIÑOS
Todos los niños tienen derecho a crecer en
un ambiente saludable, esto es, a vivir, estudiar y jugar en lugares sanos.
Interviniendo para proteger el entorno de los niños es posible salvar millones
de vidas, reducir las enfermedades y conformar un mundo más seguro y saludable
para el futuro de nuestros hijos.
Las mayores amenazas para la salud de los
niños acechan precisamente en los lugares que deberían ser los más seguros: el
hogar, la escuela y la comunidad. Peligros como el agua contaminada, el aire
contaminado, la falta de saneamiento básico, los insectos vectores de
enfermedades y diversos productos químicos representan riesgos para la salud
que afectan des proporcionadamente a los niños y se cobran un tributo enorme e
innecesario de enfermedades y muerte.
Más de cinco millones de niños mueren cada
año por enfermedades relacionadas con el ambiente y problemas tales como
diarreas, enfermedades respiratorias, malaria y lesiones no intencionales.
Muchos millones más se ven debilitados por esas enfermedades o viven con
problemas crónicos relacionados con su ambiente, desde alergias hasta
discapacidad mental o física.
No obstante, ese sufrimiento no es
inevitable. Hay soluciones. La mayoría de las enfermedades y las defunciones
relacionadas con el ambiente pueden prevenirse mediante instrumentos y
estrategias eficaces, poco costosas y sostenibles.